(A partir de hoy estaremos compartiendo diariamente valiosas reflexiones, valores cristianos, de la pluma del Ps. Félix Rodríguez Rijo)

INTEGRIDAD (Primera Parte)

“El que camina en integridad anda confiado; Mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.” (Proverbios 10.9, RVR60)

Una regla elemental del vivir, con varias implicaciones.
¿Integridad? Entiéndase como la disposición del ánimo, que orienta el alma y el espíritu a persistir y sostenerse sobre los valores de la verdad, la justicia y la santidad, como expresión de un carácter sólido, firme y confiable, de una vida significativa.

Otra implicación: Andar o caminar. Esta es posiblemente, la metáfora más común en la palabra de Dios para referirse al vivir cotidiano. De ahí las tanta invitaciones en el texto sagrado al andar y su cuidado. En este proverbio el “andar o caminar” confiado.

Esta forma de andar o caminar, se refiere de manera implícita a una forma de vida segura, firme, cierta, garantizada en Dios, su palabra y sus valores, que se esfuerza en agradarle haciendo su voluntad.

Por el otro lado, está la siempre abierta posibilidad de la perversidad. Esta es una particular característica de nuestro corazón. La perversidad es la capacidad innata del corazón del que peca en tornar lo bueno en malo, la luz en tiniebla.

Siendo que para ello no hay remedio más que el dolor y quebrantamiento como su consecuencia directa de optar por el mal, ahí le viene, seguro, el quebrantamiento, en una cantidad de formas: pérdidas, muerte, dolores y carencias.

Así que, la advertencia queda ofrecida; oírla nos guarda de la ocurrencia del mal ayudándonos a afirmarnos en el bien, construyendo un carácter firme, entre tanto persistimos en el camino de la integridad. (Job 27:1-23).

¡Qué el Señor nos ayude! Bendiciones, seguimos orando.
En Cristo: