(Traducción libre de «Go on to the meal», de John Piper, vía Solid Joys)
“Prueben y vean que el SEÑOR es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en Él!” (Salmos 34:8 NTV)
Para ustedes que dicen que nunca han probado la gloria de Dios, les digo, han probado muchos de sus aperitivos.
¿Alguna vez has mirado hacia el cielo? ¿Alguna vez has sido abrazado? ¿Alguna vez te has sentado frente a un fuego caliente? ¿Alguna vez caminaste por el bosque, te sentaste junto a un lago y te acostaste en una hamaca de verano? ¿Alguna vez bebiste tu bebida favorita en un día caluroso o comiste algo bueno?
Todo deseo es una seducción devota o distorsionada de la gloria del cielo.
Usted dice que no ha probado la gloria de Dios. Yo digo, has probado los aperitivos. Ve al plato principal. Ve a Dios mismo.
Has visto las sombras; mira la sustancia. Has caminado en los cálidos rayos del día; voltea y mira el sol en sí – sí, a través de la lente protectora y certera del evangelio. Has escuchado ecos de la gloria de Dios en todas partes; sintoniza tu corazón con la música original.
El único lugar para poner en sintonía tu corazón es en la cruz de Jesucristo. “Vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14; LBLA).
Si quieres la muestra más concentrada de la gloria de Dios, mira a Jesús en los Evangelios, y mira especialmente a la cruz. Esto enfocará tus ojos y sintonizará tu corazón y despertará tus papilas gustativas para que puedas ver, oír y saborear la gloria del verdadero Dios en todas partes.
Para eso fuiste hecho. Te suplico: no desperdicies tu vida en las sombras. Dios te hizo paras ver y saborear su gloria. Persigue eso con todo tu corazón y sobre todo lo demás. Has probado los aperitivos. Ahora ve al banquete completo.