666 – El Número de la Bestia

Definitivamente 10 imágenes en un carrusel de Instagram no serían suficientes (en realidad 9, considerando la  primera como portada del post) para explicar algo que por cerca de 2000 años ha inquietado a la iglesia y provocado curiosidad en los lectores del Apocalipsis: ¿Qué cosa es el sello de la bestia?

El texto bíblico nos señala que el sello de la Bestia es el número de su nombre, por lo que muchas cosas han sido “identificadas” como el sello de la Bestia a lo largo de los años: el código de barras, los chips de identificación RFID, el internet, y más recientemente las vacunas contra la Covid-19. Identificar qué es el sello debe permitir identificar quién es la Bestia.

En el interés de ser concisos (y enfocarnos en la Teología Bíblica, como es nuestra misión) procuraremos únicamente responder a la pregunta: ¿Pueden las vacunas contra la Covid-19 ser el símbolo de la Bestia?

 “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Apocalipsis 13:16–18, RVR60)

Contrario a lo que muchos piensan, sí hay un hilo de continuidad que une la trama del Apocalipsis, por lo que la frase “Y hacía” en el v. 16 no puede saltarse, nos ubica en el contexto del pasaje. Además de la Bestia “que sube del mar” (13.1), el capítulo 13 de Apocalipsis menciona dos personajes que complementan los malignos propósitos: el Dragón (el mismo que en 12.9 es “la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás”), y “otra bestia que subía de la tierra” que “tenía dos cuernos semejantes a un cordero y hablaba como un dragón”. Este perverso equipo es encabezado por el dragón Satanás, quien da poder, trono y gran autoridad a la primera Bestia (13.2), esta Bestia es la que identificamos como el Anticristo, ejerce el poder político y recibe la adoración. La otra Bestia funge como sacerdote de la religión que funda la primera, y es responsable por convencer a los habitantes de la Tierra para adorar al Anticristo. Lo hace de dos maneras: engaños por medio de falsas señales y milagros, y en segundo lugar por amenazas y coerción. Una de estas últimas estrategias es la marca de la Bestia.

La primera evidencia que contradice la teoría conspirativa que identifica a las vacunas contra la Covid-19 como la marca de la Bestia es precisamente esa: no vemos al Anticristo gobernar y ser adorado, y tampoco a la otra Bestia dirigiendo el culto a la figura de esta primera Bestia. No hay persecuciones globales contra el Pueblo de Dios, tampoco asesinatos para aquellos que no adoren a la Bestia. En fin, el contexto narrado por Juan en el Apocalipsis no es una realidad entre nosotros hoy.

La segunda y más contundente evidencia es el tipo de marca. La Escritura describe que esta “marca” se habría de aplicar en la mano derecha o en la frente. La vacuna no se aplica en uno o en la otra.

Hay una tercera que se infiere del mismo texto de Apocalipsis: el propósito de la marca de la Bestia no es oculto ni engañoso; la “otra Bestia” está procurando la adoración para la primera, el Anticristo, no la salud de los habitantes contagiados por una enfermedad. Esta “otra Bestia” debe su existencia a este propósito, y no se detiene ante nada para lograrlo.

No, las vacunas no son la marca de la Bestia, aunque sí parecen ser un ensayo interesante para el tiempo en que el 666 sea una realidad. En este momento todavía las vacunas son opcionales, pero cada vez más instituciones públicas y privadas condicionan la vida y las acciones de los ciudadanos a que se vacunen. Tarjetas y pasaportes de vacunación cumple el objetivo de identificar a quienes son vacunados; en fin, no son la marca de la Bestia pero parecen ser un prototipo.

¿Qué debemos hacer los cristianos? No debemos temer; el Anticristo y su sistema no escapan al control y a los planes de Dios. La manifestación del Anticristo es necesaria para que el plan de Dios profetizado en las Escrituras se cumpla, pero al final de todo ¡El Cordero gana! Y nosotros, su pueblo, vencemos con Él.

Dios les bendice.

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